El imperio de las Smash
Ojo con estar paseando descuidado por Plaza de España, subir un poco la aristocrática calle Princesa y plantarte en Argüelles, porque has entrado en el campo magnético de la hamburguesa, estás en pleno Distrito Burger.
A dos minutos del metro, comida rápida de calidad, ¿te lo pueden poner más fácil? Un escaparate colosal, luces rojas de neón, ese aspecto industrial de local que, si lo personificamos, sería el chico alternativo neoyorquino, con un gorro gris y cascos de diadema, en manga corta y chaleco, que camina al compás de la música mientras bota un balón de baloncesto con chulería. Igual me he flipado, pero para mí la imagen funciona.
Lo importante no son mis alocadas metáforas, sino las hamburguesas. Si no estáis hablando del concepto smash burger con vuestros amigos, os tengo una mala noticia: tenéis menos calle que una biblioteca. Está en boca de todos (y esto no es metafórico), el nuevo estilo de las hamburguesas consiste en aplastar la carne picada hasta convertirlo en… un filete ruso. Quizá el concepto estaba ya inventado, pero a alguien se le ocurrió meterlo entre panes brioche y está siendo un éxito.
En Distrito Burger la carta, en cuanto a hamburguesas, va a lo que va, cortita y al pie, que diría Luis Aragonés: o eliges con bacon o sin él. Personalmente, probando las dos, no hay una gran diferencia. Cualquiera de las dos es un acierto y, si sientes que te has equivocado, puedes volver. Donde no te vas a equivocar, porque para eso me sacrifiqué yo y probé ambas para contaros, será en las patatas.
Las opciones eran salpimentadas versus smooky. Sin duda, las segundas, a no ser que tengas un paladar muy sensible y te gusten más los sabores tibios. Las lavan y cortan a mano en el local y creedme que la diferencia con otros lugares es grandísima. No son un acompañante, poseen personalidad propia.
Que hagan bien las hamburguesas en un sitio que se llama Distrito Burger se esperaba. Hubiera sido una decepción lo contrario. Pero, ¿a qué os encanta la sensación del placer inesperado? Os tengo dos buenas noticias: alitas y postre. Sorprendentemente las alitas tienen un armario de tres salsas a elegir: Star (barbacoa dulce y toque picante); Hot Honey (miel y chili); y Buffalo (picante sin mediaciones). Nos hicimos los valientes y pedimos estas últimas.
A ver cómo lo explico: embadurnadas en salsa mantenían el crujiente de la primera capa y la suavidad del interior del pollo. Ah, pues lo expliqué bastante bien. Impresionantes las alitas, amigos, de las mejores que probé.
¿Y el postre? Siendo sinceros, al entrar en Distrito Burger no teníamos grandes expectativas con relación al postre. Que cumpliera. Entre Lotus, que le supongo un profundo sabor a galleta, y Choco cookies, elegimos este último, quizá por su divertida sonoridad.
Así de simples somos. Y como niños a los que las cosas les salen bien, disfrutamos, precisamente como infantes y a pesar de un aspecto inicial moderadamente apetecible, de un postre que rebosa chocolate en cada esquina de cuadratura de su circular envase.
Disculpad la abundancia verbal, creo que ese sabor pastoso, dulce y embriagador, bien la merecía. Mi acompañante, que me va a quitar el puesto a la hora de redactar, sentenció desde su melena vikinga: “Este postre es como Modric, difícil de ver, pero fácil de disfrutar”.
Listo, creo que con esto os hacéis una idea de lo que es Distrito Burger. Un ejemplo de smash burger para seguir buscando la mejor de Madrid o para descubrir lo que son si llevas viviendo un año en un árbol.
Además, cabe destacar que no es la típica hamburguesería de la que sales rodando, porque has comido más que incendio en bosque seco, con el 112 marcado en el móvil por si te da un infarto en cualquier momento, sino que sacia hasta el punto justo, pone la sonrisa satisfecha en el rostro y facilita una conversación entre amigos.
Así que ya sabes, si no tienes nada que hacer un martes, llama a tu colega el que, aún no sabes cómo, vive en el centro y que te acompañe a por una hamburguesa y unas alitas. Compartid el postre, eso sí. Y después, a la vuelta de la esquina, hay un barcito donde echar una copa. Pero si preguntan, eso ya no lo habéis leído aquí.
Datos de Interés:
Qué: Distrito Burger
Dónde: C/ Princesa, 79
Cómo llegar: Metro Argüelles (L3, L4, L6)
Horario: Jueves 19:00-02:00 | L-D 12:30-23:30
Precio: 15-20€ / persona