Rascafría, una hermosura de paraje natural
Hoy os proponemos una visita a un pequeño pueblo de la sierra de Guadarrama, a unos 100 km de Madrid y a 1100 metros de altitud, asentado en el Valle de Lozoya, una de las joyas naturales de la región madrileña que es Rascafría.
La ciudad se encuentra perfectamente conectada con la capital a través de la línea de buses verdes 194, que lo podrás coger en Castellana-nudo norte y que en tan solo 2 horas y 13 minutos te dejará en Rascafría. Podéis consultar los horarios y las distintas paradas de la línea aquí.
Qué ver en Rascafría
En pocas líneas es difícil resumir la hermosura de del paraje natural de Rascafría, sumergida en lo más hermoso del Valle de Lozoya, a los pies de la Sierra de Guadarrama, junto a las cumbres y lagos de Peñalara. Toda esta belleza llevó a Enrique II a fundar aquí en el siglo XIV el Monasterio de Santa María del Paular, una joya del arte monacal que cuenta con una colección de pinturas de Vicente Carducho. Podemos admirar 52 de las 56 pinturas originales, cedidas por el Museo del Prado.
Rascafría es un rincón muy romántico, por ello el día de San Valentín se homenajea al Arcipreste de Hita, realizando un recorrido teatralizado. Es por eso que os vamos a decir cuáles son los puntos de interés más relevantes de la ciudad para que cuando visitéis este hermoso pueblo no os perdáis nada absolutamente nada.
Monasterio de Santa María del Paular
Si existe un lugar mágico en Rascafría sin duda alguna ese es el Monasterio de Santa María del Paular, en armonía con el majestuoso pasaje del cielo azul, densos pinares e imponentes cumbres que le rodean, recorrerlo es una experiencia que no se te olvidará jamás.
Declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento Nacional desde 1876, a primera Cartuja de Castilla fue fundada por la Casa Real de los Trastámara en 1390. En poco tiempo se convirtió en uno de los más importantes monasterios de España, reflejo del poderío social y económico de la orden de los cartujos. Dan fe de ello los tesoros artísticos que lo componen, como el monumental retablo mayor, tallado en alabastro o el tabernáculo de desbordante imaginación barroca.
Las obras de este templo se iniciaron a finales del siglo XIV, pero fue un siglo más tarde, gracias a Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos, cuando se acometió la mayor parte del trabajo. A esta época se remonta la portada de la iglesia, exquisito ejemplo de gótico flamígero, o el claustro, de estilo gótico mudéjar.
Anteriormente fue habitada por la orden de La Cartuja, en la actualidad sigue estando habitado por monjes Benedictinos que siguen elaborando y vendiendo algunos de los productos que dan fama a la zona, como licores, quesos o miel.
Puente del Perdón
El actual puente debió construirse, por la Cartuja y a sus expendas, en la primera mitad del siglo XVIII, en sustitución de otro puente más antiguo, para hacer más cómodo el tránsito al molino de papel. Se trata de un puente de tres arcos, construido íntegramente en sillería de granito. Debe su nombre a la función del puente original, donde se revisaba la sentencia del reo camino a la casa de la Horca.
Es imprescindible acercarse al precioso Puente del Perdón desde donde las vistas del monasterio son aún más asombrosas.
Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol
Es del siglo XV, con restauraciones en 1950-1952 y 1987-1988. Se encuentra ubicada en el extremo norte del casco y conserva algunas bóvedas góticas y artesonado del siglo XVI en su nave central.
Ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Ofrece una interesante mezcla de elementos góticos, renacentistas, barrocos y contemporáneos. Está dividida en tres naves, y en su interior alberga piezas artísticas de interés, procedentes de la cartuja de El Paular, como una estatua del arcángel San Miguel, del siglo XVIII, realizada por Luis Salvador Carmona.
Piscinas naturales de Las Presillas
Además del patrimonio histórico-artístico, el entorno natural atrae cada fin de semana a miles de visitantes. Durante la temporada veraniega, muchas personas acuden a refrescarse en la zona de baño de Las Presillas, un tramo del río Lozoya controlado y adaptado para darse un chapuzón.
El gran valor natural de su entorno nos incita a recorrer caminos y sendas que nos adentran en lo más profundo de sus montes y nos llevan hasta rincones increíbles, y dónde la presencia del agua se siente por todas partes. Si vas en verano, puedes relajarte con un día de baño en las piscinas naturales de las Presillas.
La Casona
En la Plaza de Trastámara, donde se ubica La Casona. El portón y el porche de la casa, construida en un solar de los Trastámara, son originales del siglo XIV y constituyen los únicos ejemplos de la arquitectura urbana de la época que subsisten en la villa de Rascafría.
Del siglo XIV, se encuentra cerca de la Iglesia. Fue levantada en la época de construcción de El Paular y primero fue “Lazareto” o “Antiguo Hospital”. Es un conjunto de edificios de dos plantas, huerta y jardín.
Plaza de la Villa
La Plaza de la Villa es el lugar de encuentro de los vecinos y visitantes. Donde se realizan todas las actividades culturales y festivas: mercadillo semanal, fiestas patronales, etc.
En esta plaza podemos encontrar el Ayuntamiento, es una Casa Consistorial de estilo neomudéjar construido a principios del s XX sobre las ruinas del anterior ayuntamiento.
También en esta plaza está la Antigua Casa de Postas de 1726, lo que hace necesaria la visita a esta plaza tan memorable en Madrid.
Datos de Interés:
Qué: Rascafría, una hermosura de paraje natural
Dónde: Mapa
Más información: Página Web e información oficial de la comunidad de Madrid