Pintxos, del diez al uno
En PerretxiCo aprendes, disfrutas y te alimentas. Todo en uno. A modo de taberna vasca de pintxos, este local con raíces en la zona de Cuzco tiene una amplia oferta gastronómica. Además, tuvimos la suerte de asistir a un evento en forma de masterclass, donde presenciamos en directo la preparación de varios pintxos de la mano de Josean Merino, líder en la cocina de PerretxiCo, y del invitado Mitxel Suárez, una apuesta fija en los campeonatos de pintxos. Para el que no sea vasco, un pintxo es una pequeña tapa para degustar en pocos bocados; para el que no sea español, un plato que sirve de aperitivo.
Os cuento nuestra tarde–noche y allá cada uno cómo gestione su experiencia. Nosotros empezamos la tarde con papel y boli, dispuestos a enterarnos de la elaboración de un pintxo deslumbrante con el que sorprender a alguna visita. Pobres de nosotros. No había nada qué hacer si eras un simple aficionado. Bueno, sí, sentarse y admirar la creatividad y el arte gastronómico de aquellos dos maestros que, desde una humilde simpleza, narraban cómo hacían aquellos platos que a nosotros nos parecían extraterrestres. Mi acompañante y yo nos mirábamos con cara de boniato, totalmente alucinados con el proceso.
Atentos los amantes de la cocina, porque en septiembre preparan en PerretxiCo otras masterclass, confirmadas ya por David Rodríguez y Manuel Eduardo, cocineros vascos como no podía ser de otra manera en este tipo de creaciones. Además, todavía sin confirmar, pero se rumorea que con alguna que otra estrella Michelin presente. Guardad la alerta en Google.
Al poco rato estábamos probando las creaciones, lo cual se nos dio bastante mejor. Allí, hablando con otros comensales sobre los pintxos y discutiendo si este era mejor que aquel, empecé a darle forma al artículo. Y sí, os traigo una lista, ¿a quién no le gustan las listas? Mi clasificación, ayudado por otras voces, es la siguiente:
10. Pork & Roll. Le jugó en contra el hype. Desde que escuchamos a Mitxel Suárez contar su génesis era el plato más esperado. No confundáis su puesto con ser un mal pintxo, ni mucho menos, pero entre la élite la competición es dura. Aún así, el chutney de mango fue memorable.
9. Turrón foie. De los primeros que probamos y creíamos que sería de lo mejor, antes de probar los demás. Un foie muy cremoso y muy intenso, tanto que se comía el frescor del yogur donostiarra. Todavía faltaban maravillas por llegar.
8. Txangurro a la donostiarra. Yo no soy muy fan del marisco (¿y qué haces escribiendo sobre gastronomía, imbécil?), pero eso no es culpa del centollo, así que consulté con el resto de la mesa. Satisfechos, pero no sorprendidos. Yo lo describiría como la bechamel de las croquetas con un ligero picante.
7. Talo Chip. A diferencia del anterior, este sí sorprendió. Una manera innovadora de presentar la ensaladilla. Veníamos de pintxos contundentes y este bocado, más ligero y fresco, gustó a todos.
6. Bollito de mantequilla. Un recuerdo de infancia con aquellos panes de leche rellenos de salchichón o chorizo, solo que refinado y bilbaíno. Sin embargo, esa mezcla de dulce y salado, funcionó en el pasado y funciona hoy en día.
5. Bollito de txerri. Este es elección personal, reconozco que le aupé un par de puestos dictatorialmente, que para eso firmo el artículo. Parecido al anterior en cuanto a su envoltura en pan dulce, su relleno con cerdo de raza vasca, pringoso por la sala Perrens… ¡ah, y la menta! Por favor, la menta siempre en mi carne.
4. Donut de cocido vasco. La marca de la casa abre la zona Champions. Da lo que promete el nombre: es un donut, pero de cocido. Una maravilla de la ingeniería culinaria. Ahora bien, siéntate a comerlo y quédate sentado un rato, porque la morcilla es poderosa y la carne es intensa. Un bocado que hay que probar al menos una vez en la vida.
3. La vacuna. Otra obra de ingeniería en PerretxiCo. O de medicina. Carne de vaca envuelta en una masa frita y redonda, a la que agregas tú mismo la salsa mediante una jeringuilla. Divierte ser partícipe en el plato, pero además la jugosidad que aporta introducir la salsa en el corazón mismo de la bolita lo convierte en una merecida medalla de bronce.
2. Bonito bravo. Seguramente el mejor plato. ¿Y por qué no lo pones en el uno, listillo? Porque es mi artículo, mala suerte. Prácticamente hubo unanimidad en las miradas cuando probamos el bonito, acompañado de una salsa brava y tomates cherry. Si no lo pongo en primer lugar es porque el mayor mérito lo tiene el producto. Ese bonito es imposible hacerlo mal, qué sabor tan puro. La elaboración y la salsa ayudan, por supuesto, pero lo del primer lugar…
1. Txingurri. Pues eso, el número uno. Una patata sobre tierra, a simple vista. Aunque ahora, con el famoso “¿Es pastel?” de Netflix no hay que fiarse. El campeón de nuestra humilde competición es un trampantojo de patata, cuya elaboración solo puede ser obra de un genio o de un loco. ¿A quién se le ocurre crear una patata de mentira rellena de secreto, habitas frescas, kimchi y puré de patatas trufado? ¿Y ponerlo sobre una falsa tierra hecha de migas de Oreo y remolacha? Es increíble el trabajo que hay detrás de un pintxo que, literalmente, dura un bocado. Quizá me dejé llevar por la hermosura de lo efímero. A pesar de todo, mi elección como joya de la corona.
0. Fuera de concurso por pertenecer a una categoría distinta, mención de honor al postre. Por hacerme entender, era una Nutella deconstruida o, mejor dicho, reconstruida. Leche, cacao, avellana y azúcar (dime si no lo has cantado) en un final de fiesta denso, delicioso, adictivo. Un debate interno entre “qué empalagoso” y “una cucharadita más”.
¡Os recomiendo mucho ir con amigos y hacer vuestro propio torneo de pintxos en PerretxiCo!
Datos de interés
Qué: PerretxiCo
Dónde: Calle del Poeta Joan Maragall, 16
Cómo llegar: metro Cuzco (L10) | bus 5, 126, 149
Precios: aprox. 20-30€ por persona | Menú degustación: 35€