Un viaje gastronómico hacia la cultura china
¿Sabías que existe un templo gastronómico que rinde homenaje a la cultura china en pleno centro de Madrid? Le Chinois te invita a transportarte a las calles de la capital de la Dinastía Qing del s. XVII. Una experiencia que pone a prueba tus cinco sentidos y que incluso llega a rozar la lujuria te está esperando en el mítico barrio de Salamanca. Daremos detalles de toda nuestra visita, pero os adelantamos que en este restaurante se encuentra uno de los mejores patos laqueados que hemos probado en Madrid.

Le Chinois. Salón principal
Tras cruzar unas puertas que parece que separan las calles de Madrid de un templo chino, se encuentra un local al que no le falta ni un solo detalle. Es inevitable empezar mencionando, si hablamos de decoración, al inmenso dragón dorado que preside todo el restaurante. Los techos altos hacen que el lugar parezca mucho más grande de lo que es y la luz que entra por los enormes ventanales hace que el espacio brille por si solo.
Como decía, no falta ningún detalle, la estructura de la barra, las mesas, las sillas, los farolillos que iluminan cada rincón… literalmente te transportarás por completo a la esencia de un auténtico restaurante chino. Para empezar nos sirvieron unos cócteles buenísimos, os recomendamos dejaros aconsejar según vuestros gustos.
Ahora si pasemos a hablar de comida, y advierto que lo mejor lo dejaremos para el final. Cabe mencionar que tienen un menú ejecutivo por 16,50€ en días laborales que te puede salvar una comida imprevista o fugaz en el centro de Madrid. Pero sin duda, os aconsejamos tirar de carta como hicimos nosotros, porque realmente merece la pena probar cada una de las elaboraciones que hacen en Le Chinois.
Con nuestros palillos de lujo en mano, y digo de lujo porque eran enormes y de metal (nunca habíamos visto algo así), empezamos abriendo el apetito con unas perlas de langostino tigre con salsa de col china encurtida, mayonesa de chiles y base de verduras tempurizadas. Sinceramente, si visitáis este restaurante y queréis pedir algo rico para compartir, os recomiendo cien por cien este plato. Podría decir que casi nos peleábamos por coger un trocito de langostino o de verdura y el plato acabó vacío mucho antes de lo esperado. ¡Estaba buenísimo!
Entonces dimos paso a los dim sums, un platico tradicional que se hace en varias regiones de China y que apuntaba a sorprendernos. Nos trajeron una canastilla de bambú a cada uno y en su interior había cuatro piezas. Nuestra camarera nos indicó el orden en el que debíamos comerlos para así poder disfrutar del contraste de sabores en su totalidad. Son bocados pequeños y delicados. Una combinación perfecta de tradición, técnica y el mejor producto.
De todos nuestro favorito sin duda fue el Siu Mai, con cebolleta, salsa Charsiu y huevo de codorniz, aunque todos estaban ricos. Pero nuestra experiencia con los dim sums no había terminado ahí. Llegó a la mesa otra canasta con cuatro piezas de diferentes colores: amarillo, verde, rojo y negro. Para nuestra sorpresa, la camarera los decoró con trufa rayada y con caviar. No hacen falta muchas palabras para explicar que ponerle este detalle a cualquier plato, eleva bastante su valor. Repetiríamos ese bocado una y otra vez.
No podíamos irnos de allí sin probar alguno de los pescados de la carta y el elegido fue el Cabracho entero cocinado al vapor con salsa de soja negra, cebolleta China y cama de orejas de madera. Este pescado es de carne firme y sabor delicado, muy popular en la gastronomía mediterránea, pero también utilizado en la cocina asiática. Y la técnica de cocción es clásica de la cocina china, al igual que la salsa y las orejas de madera (un tipo de hongo negro que tiene textura crujiente y ligeramente gelatinosa).
A pesar de ser un pescado con muchas espinas, llegó a nuestra mesa prácticamente limpio (excepto algunas que lográbamos quitar mientras comíamos). El caso es que el sabor nos sorprendió bastante y arramplamos con todo el plato, hasta el punto que llegamos a rascar el cabracho como si quisiéramos aprovechar hasta el último bocado.

Pato laqueado
Y ahora si, es el turno del plato estrella y el que es uno de los más icónicos de la cocina china. Nos habían dicho que en este restaurante podíamos probar uno de los mejores patos laqueados de todo Madrid y eso, por su puesto, teníamos que comprobarlo nosotros. La presentación del plato sin duda era impecable, como comentaba al principio de este artículo, se respira lujuria en el ambiente y en este caso no podía ser menos. Una vez más, coronaron algunos trozos de piel con caviar y nos lanzamos directamente a probarlos, ¡que exquisitez!
Como si fuésemos expertos en preparar estos rollitos, nos pusimos manos a la obra: crepes, láminas finas de pato, puerro argenta, pepino y salsa hoisin. Reconocemos que estaba muy bueno, madurado 10 días y laqueado en una olla artesana, la piel crujiente y la carne jugosa. Nos gustó tanto que a pesar de estar llenísimos no fuimos capaces de dejar ni un solo trocito. Pregunta, ¿merece la pena venir a Le Chinois únicamente para probar el pato laqueado? La respuesta es sí, aunque con un matiz, seguramente no te resistas a probar algo más. Coronamos la comida con una tarta de queso acompañada de helado de nata y en este punto os diremos que volveremos sin dudarlo porque la experiencia al completo es un 10.
Datos de Interés:
Qué: Le Chinois
Dónde: Calle de María de Molina, 6 (Salamanca)
Precio medio: 60€/p