El arte de contar historias
La función que sale mal es una desternillante comedia que ha hecho partirse de risa a más de 8 millones de espectadores desde su estreno en el West End en Londres en 2021. Prueba de ello es que se convirtió en la comedia más taquillera de Broadway durante dos temporadas y su éxito internacional se extiende a más de 30 países. En España, tras más de 1000 funciones representadas, sigue triunfando con su sexta temporada, en el Teatro Amaya.
La obra nos narra la historia de las desventuras y vicisitudes que atraviesa una humilde y disfuncional compañía de teatro universitario para representar la obra “Asesinato en la mansión Hammersford”, que sigue el argumento de una de suspense muy al estilo de Agatha Christie.
Todo empieza antes de entrar al patio de butacas
La metanarrativa de la función que sale mal comienza incluso desde antes de que el espectador se acomode en su asiento, y consigue generar una serie de sketches únicos e hilarantes. Todo ello va creando un clima de desesperación creciente cuanto mayor es el esfuerzo de todo el elenco por rescatar una historia que se va arruinando por momentos. El momento apoteósico -sin ánimo de spoilear al lector- culmina con una escena con todos los personajes en un estado prácticamente psicótico.
La obra se vale de absolutamente todos los elementos presentes en su espectacular escenario, construido para generar cada vez más comedia. Dentro de la trama, llevada con maestría por parte de los actores, las equivocaciones, los descuidos, y el atrezo mal colocado o inexistente, cobran un papel protagonista, muy al estilo de las propuestas de los hermanos Marx.
Un libreto y actores excepcionales
La función que sale mal está escrita de manera brillante, y consigue que nada se haga repetitivo en ningún momento, a pesar de las casi dos horas sin descanso de la propuesta. Otro de sus puntos fuertes son los personajes, cada uno con una puesta en escena muy particular, con reacciones muy diversas ante las calamidades que ocurren a lo largo de la obra.
Todo esta coreografiado al milímetro y es una de las partes más difíciles y elaboradas de la función. El timing y la entonación son absolutamente precisos en cada unos de los participantes. Consiguen no solo clavar la comedia hablada, sino también la comedia física.
El teatro en general tiene una inmediatez que obliga a continuar sean cuales sean las circunstancias. Cada obra es completamente única y especial, y el espectador lo suele percibir como tal. Siempre vemos el esfuerzo de actores, pero quizá no tanto el de los sonidistas, directores de escena, maquilladores, atrecistas o diseñadores de vestuario –nunca se les da a el protagonismo que merecen, o no al menos de primeras (les damos el valor una vez reflexionamos acerca de la obra)–. Pero en esta obra también tienen protagonismo, dejándonos ver la gran importancia que tiene el equipo «oculto» tras el telón, incluso aquí tienen un papel visible.
La función que sale mal, habla precisamente sobre la naturaleza del teatro, y sobre cómo el esfuerzo de todos crea una visión conjunta, y el fallo de uno solo puede hacer colapsar la función. Pero, sobre todo, habla de como cada inflexión del actor, cada improvisación, cada intercambio de dialogo, forman algo irrepetible y enteramente disfrutable, a pesar de ser una obra con poca improvisación y coreografiada al milímetro.
Si consigues que tu pasión por lo que estás realizando se transmita, a pesar de que sea excesivamente melodramática, del uso abusivo de las luces, de olvidar constantemente los diálogos, o tildar mal algunos de ellos, de actuar como si estuvieses en una telenovela o la despreocupación por la falta de continuidad, si consigues transmitirla, esa pasión se verá reflejada, y el público disfrutará y compartirá la pasión por lo que estás haciendo. Creo que esta obra es un canto de amor al teatro, y a todos los que lo disfrutan y hacen posible, además de una de las comedias más divertidas que se pueda disfrutar en cualquier medio.
Datos de interés:
Qué: La función que sale mal
Cuando: del 28 de noviembre de 2024 al 12 de enero de 2025. M-D 20:00h. También pases S y D 17:00hrs.
Dónde: Teatro Amaya (Paseo del general Martínez Campos, 9)
Duración: 120 min.
Precio: Desde 24 euros