Una experiencia brutal, sin ir más lejos
Lo de que este sitio lleve en su nombre la palabra BRUTAL, no es casualidad. Su hermana es Rosi la Loca, con eso te puedes ir haciendo una idea… Hace mucho tiempo que nos hablaron de Inclán Brutal Bar y por fin tuvimos la suerte de conocerlo, en el mejor momento, en INCLÁN BRUTAL FAMOUS, una auténtica fiesta gastronómica. ¿Por dónde empiezo?
Puede que no sea lo más importante, claro que aquí estamos para hablar de comida, pero oye, no está de más destacar lo increíble que se ve el local. Una decoración super llamativa y moderna hace también de este lugar un sitio especial. La luz es tenue y las paredes de color rojo, con detalles dorados, junto con las lámparas de araña, convierten Inclán Brutal Bar en un palacio modernista. Se respira el buen ambiente y, sobre todo, huele que alimenta, así que pasemos a lo importante…
Una cosa casi obligatoria es pedir uno de sus cócteles. Hay sitios en los que no puede faltar una cerveza fresquita, otros en los que la comida sabe a gloria marinada con un buen vino, y sitios como Inclán Brutal Bar, que son especiales hasta para eso.
Vienen servidos en unos vasos muy originales y tienen el premio a la Mejor Coctelería de Restaurante 2021. ¿Me crees si ate digo que están riquísimos? No importa que tipo de alcohol te guste, hay de todo. Algunos de los más llamativos son: The Mask, Elvis El Rey, Miss Marilyn, Brutal Kraken, o mi favorito, Me Quita El Craneo. Hecho con ron de Flor de Caña, Pedro Ximenez, fruta de la pasión, zumo de naranja, vainilla y un mix de cítricos. Simplemente espectacular.
Una vez aclarada la importancia de pedir uno de los cócteles, pasemos a la comida, mediterránea y con toques asiáticos (en ocasiones). No hay ni un solo plato de los que probé que no me gustara o que no fuera para tanto, y eso que aún me quedan muchos de la carta por probar. Todos son perfectos para compartir, por los que tanto si vas en pareja o con amigos, podréis disfrutar de muchos sabores y sin salir rondando del local (o si). Igual que los cócteles, la presentación también cuenta. Ya me entenderéis…
Comenzamos con la Burrata inyectada «M de Madrid» (uno de mis preferidos), dos jeringuillas: una rellena de una emulsión de albahaca y otra de un bloody mery sin alcohol a base de sisho, y acompañad0a de fresas. He probado muchas burratas y nunca con este curioso acompañante, pero he de decir que me sorprendió y mucho. Continua mos con unas Croquetas de jamón, que venían servidas sobre un plato con forma de cerdito. Ni que decir que estaban buenísimas, muy cremosas y con el punto de sabor a jamón perfecto.
Nos recomendaron que probásemos la Tortilla trufada y a mí no me costó mucho aceptar esa sugerencia, como buena amante de la trufa que soy. Y si tu lo eres también, te encantará este plato. Casi se deshacía en la boca. Además es «pequeña», por lo que ese convierte en un entrante perfecto para compartir. Esta maravilla de plato dio paso a otro que también me encantó. Es cierto que si no te gusta la cocina asiática ni el atún, no sabrás apreciar la calidad del Tataki de atún, con ponzu, teriyaki y sésamo crujiente, wacamole y chutney de mango. La mezcla de sabores es inigualable y la presentación del plato… la imagen habla por sí sola.
Ya solo nos quedan dos platos y también merecen realmente la pena. Por un lado, los Bao Panda de costilla de cerdo confitada, kimchi y cebolla encurtida. El pan esponjoso, con el toque de cebolla, el sabor de la carne y la salsa que esta desprendía… Nunca había probado los baos y este se ha convertido en mi favorito. Y como su nombre indica, unos graciosos pandas sujetan en sus tripas los baos. Todo muy «instagrameable». Este plato se vende por unidades y llena bastante (que no te engañen), te aconsejo pedir dos.
Llegados a este punto yo ya estaba casi llena y me temía no poder probar el siguiente plato, pero fue verlo y no me costó hacer el esfuerzo. Sin duda, otro de mis favoritos, y por el que repetiría en Inclán Brutal Bar una y otra y otra y otra vez… Este Arroz meloso de pato con trufa y queso parmigiano conquisto mi corazón.
Fue el broche de oro de una comida que me sorprendió desde el primer plato. Pienso en él y se me sigue haciendo la boca agua, prometido. Viene servido en un cuenco con forma de pato, es bastante más hondo de lo que parece, y si juntas este dato con lo mucho que me gustó y lo que ya me había comido… tristemente no llegue al postre.
Sé de muchos que leyendo esto estarán pensando «para el postre siempre hay hueco…» pues yo, queridos lectores, no estoy de acuerdo. Eso no quita que me quedara con unas ganas tremendas de probar la tarta de queso (soy fanática de este postre, he probado muuuchas) o el tiramisú, ambos tenían una pinta espectacular. Pero no pasa nada, volveré, y tengo claro que en mi regreso pediré la burrata, la tortilla y el arroz meloso.
Espero que se os haya caído la baba y que estéis mirando el calendario para poder hacer una visita a Inclán Brutal Bar. A pesar de estar en un lugar céntrico (literalmente a 5 minutos andando desde la Puerta del Sol), sentí que tuve que callejear un poco y eso me gustó. Fue como encontrar un tesoro entre las calles y el bullicio de Madrid. Lo dicho, BRUTAL.
Datos de interés:
Qué: Inclán Brutal Bar
Dónde: C. de Álvarez Gato, 4
Precio medio: por persona 40€ (aprox) | Todos los platos (a excepción de dos) rondan los 15€ | Los cocteles son 12-14€