Un Madrid de miedo
Las magníficas plazas, los extensos y hermosos parques, la deliciosa gastronomía y por supuesto los incontables y fascinantes museos de la capital atraen a numerosos amantes de la cultura y los viajes. Pero existe un Madrid diferente que no todos conocen y que puede que a más de uno le provoque pesadillas: es el Madrid de los fantasmas, las casas embrujadas, los sucesos paranormales y las historias sangrientas. Hoy te traemos un pequeño recorrido por algunos de los rincones más misteriosos de la ciudad de los gatos. ¿Te atreverás a realizarlo?
Empezamos nuestro recorrido en el Convento de las Carboneras del Madrid de los Austrias. Las monjas jerónimas habitan este convento desde 1605 y son muy conocidas por sus sabrosos dulces y pastas, pero esconde una de las leyendas más fantasmales de toda la ciudad escondida entre sus muros. Esta historia se remonta a la fundación del convento por Doña Beatriz Ramírez de Mendoza, una mujer noble que, al parecer, pasaba horas rezando ya que era increíblemente religiosa… o eso dicen. Fallecía doña Beatriz 20 años después de la fundación de su convento, pero ella siguió yendo a rezar el rosario y almorzar con las monjas, hasta tal punto que se acostumbraron a la presencia fantasmal de la fundadora.
Tras deleitarnos con las pastas y dulces de las carboneras, caminaremos a la Iglesia de San Ginés, en el número 13 de la calle Arenal. Tras un breve paseo por la Plaza Mayor, donde tenían lugar los ajusticiamientos a los criminales y los autos de fe de la Inquisición. Diferentes estudiosos apuntan a que esta iglesia podría haber sido una mezquita y que ya existía en el siglo XII, aunque un derrumbamiento siglos después provocaría la reconstrucción de San Ginés en el siglo XVII como la hermosa iglesia de piedra y ladrillo rojo que podemos visitar hoy en día, donde fue bautizado Lope de Vega y se casó Francisco de Quevedo. Años antes, allá por 1353, la iglesia sufrió un ataque que conmocionó al pequeño Madrid de la época. Se dice que unos ladrones entraron en San Ginés para llevarse todo aquello que pudieran cargar, sin percatarse de la presencia de un anciano que rezaba. Por desgracia, sus ojos llegaron a posarse sobre él solo para asesinarlo. Cuentan que cuando la iglesia fue abierta al día siguiente, encontraron el cuerpo maltratado del hombre por un lado… y su cabeza por otro. Los criminales fueron condenados a muerte poco después, pero el espíritu del anciano siguió presentándose, día tras día, a los parroquianos de la iglesia. Todavía hoy hay quien dice que se escuchan voces y que el fantasma permanece observando en busca de justicia.
Para escapar de su atenta mirada bastará con que sigamos subiendo por la calle de Alcalá hasta la Casa de las Siete Chimeneas, otro de los puntos clave del Madrid misterioso. Este edificio coronado por siete chimeneas fue erigido en el siglo XVI por un montero de Felipe II para su hermosa hija Elena, la cual estaba casada con un capitán de la Armada Española. Tras algún tiempo viviendo en el palacio, el capitán fue enviado a Flandes donde murió. Sumida en el dolor, Elena se volvió loca de tristeza y apenas abandonaba la casa, por la que erraba como un alma en pena. Un mal día Elena apareció muerta sobre la cama, aunque con una sonrisa en la cara… Las historias susurraban que había muerto por desamor, hasta que se descubrió que había sido amante de Felipe II y que su cuerpo había desaparecido sin dejar ni rastro antes de que llegasen los investigadores del emperador. Desde entonces, muchos afirmaron ver el espectro de una doncella paseando por el tejado, en ocasiones señalando el Alcázar, residencia de Felipe II. Con el paso de los siglos el fantasma desapareció hasta que el Banco de Castilla adquirió el palacio y, durante unas reformas, fue encontrado, emparedado, el cadáver de una mujer que portaba unas monedas de la época de Felipe II. ¿Coincidencia? No lo sabemos, pero se sigue hablando de luces extrañas en las habitaciones del palacio, del sonido del tintineo de las monedas y de las presencias fantasmales.
Terminaremos nuestro recorrido en el Palacio de Linares (hoy Casa América), en la plaza de Cibeles. El terreno donde fue erigido había sido, durante la Guerra de la Independencia de 1808, una cárcel francesa. Tiempo después el terreno fue comprado por los marqueses de Linares, adinerado matrimonio de la época que tenía un hijo, llamado José de Murga y Reolid. José se había enamorado de una cigarrera, llamada Raimunda de Osorio, y al comunicárselo a su padre el marqués, este le dio una vaga respuesta sobre la imposibilidad del matrimonio y lo envió a estudiar al extranjero para que la olvidase. Sin embargo, a su regreso José se casó con Raimunda. Cuál sería su desgracia al descubrir una carta de su padre dirigida a él en la que explicaba que Raimunda era, en realidad, su medio hermana, fruto de una relación extramatrimonial. Los nuevos marqueses de Linares consiguieron una bula papal para continuar con su matrimonio, pero esta les exigía vivir en castidad… y ya tenían una hija. Lo que pasó después es un misterio: algunos creen que los marqueses asesinaron y emparedaron a su pequeña hija, otros creen que se la entregaron a una familia menos pudiente y que la consideraban su ahijada. Pasara lo que pasara, no son pocos los testigos que afirman haber escuchado estribillos infantiles sonando en habitaciones desiertas, haber sentido unas temperaturas demasiado bajas en ciertas salas del palacio, o haber visto a una niña recorrer los pasillos del palacio.
Desde aquí, si te quedan fuerzas, puedes ir a visitar el Museo Reina Sofía, antiguo hospital durante la Guerra Civil, o el Banco de España, con sus múltiples sucesos paranormales. Sin embargo, no nos extrañaría que quisieras volver ya a refugiarte en casa y descansar tras un agotador día de emociones. Para completar el día, podrías disfrutar ya en casa de una terrorífica película como Verónica (2018), inspirada en el Caso Vallecas, un caso real que también tuvo lugar en Madrid en los años 90, mientras disfrutas de tu comida favorita a domicilio gracias a estos códigos descuento de Just-Eat. Porque ¿quién querría cocinar tras un día de emociones como estas? Que pases buena noche ?