El «place to be» más espontáneo
Ha surgido casi de la nada. Se inauguró una noche y se volvió imprescindible a la mañana siguiente. Zampa ha conseguido casi de repente lo que otros tardan años en lograr: hacerse un hueco en el olimpo del ocio más sibarita y juvenil de la capital.
La popularidad repentina de Zampa no ha ocurrido por arte de magia. Entre bambalinas, sin nosotros sospecharlo, el equipo pulió detalles y retocó la carta: su as en la manga ha sido encontrar la fórmula para convertirse en «place to be», no por ello perdiendo un ápice de esa personalidad casual y simpática que encandila a cualquiera.
Zampa tiene lo que todos deseamos: una cocina sabrosa, una barra en la que desmelenarse copa a copa y un pasadizo directo a la sala Hunky Tonk, su vecina de al lado. Es el lugar donde empezar y terminar la noche con el mínimo esfuerzo.
Aunque a medio camino entre galería de arte y el piso de un amigo, a Zampa le sienta de cine el rollo chic sin florituras. Tienen clarísimo que lo importante es comer bien y estar a gusto, y vaya si saben hacerte sentir como en casa.
El mejor pintxo para conocer la esencia del restaurante es su bomba de huevo a punto de detonar. Instrucciones: metérsela entera en la boca, morder y dejarse llevar por la ola de yema recién desencadenada. Un comienzo fuertecito.
¿Hay hambre? Pues ya al principio de la carta relucen las papas asaas con mojo, de apariencia urbanita pero con un sabor profundamente canario. A los estómagos que llegan caninos se les recomienda el chuletón deshuesado de 500 gramos, para rellenar ese vacío entre pecho y espalda con carne de gran calidad.
Zampa lo es todo, pero va de que no es para tanto. Pero insistimos: sí que lo es, y no hay que perdérselo por nada del mundo.
Datos de interés
Qué: Zampa, ‘place to be’ sin aspavientos
Dónde: Calle Covarrubias, 24, Madrid
Cómo llegar: Alonso Martínez (4, 5 y 10) y Bilbao (1 y 4)
Precio: 25 euros
Teléfono: 911 80 63 41
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