Lugar de peregrinación para los amantes de la cocina Italiana
Su misión: servir comida deliciosa y asequible que los clientes querrán volver semana tras semana. Prueba de lo buena y lo auténtica que es su comida es la cantidad de italianos que lo frecuentan. Doy fe de ello además, está riquísima, y en pocos italianos en Madrid he comido tan bien.
La clave está en sus productos de calidad con elaboraciones sencillas, la acertada selección de vinos y precios asequibles.
En cuanto a la decoración, sencilla y acogedora. Llama la atención el gran horno de la entrada, eso ya es una buena señal… A continuación hay una primera zona con una barra, una segunda con dos mesas altas a modo de reservado, y una última zona al fondo con varias mesas más. Este es el lugar que nosotros escogimos para cenar, en un ambiente muy cálido y confortable.
Para empezar nos ofrecieron un aperitivo de salmorejo en un par de vasos de chato. Estaba muy bueno, cremoso y ligero.
Continuamos con un plato de Porchetta, el fiambre típico del Street food en Italia.
La porchetta es una elaboración típica italiana a base de cerdo deshuesado, especiado con sal, pimienta, ajo, romero y tomillo y asado entero en horno de leña. Se suele cortar muy fino y es frecuente encontrarlo entre bocadillos y piadinas en los puestos callejeros de Roma y la Toscana. Su nombre se debe a que en su preparación solo se usan hembras por tener la carne más magra y sabrosa y el resultado es un fiambre de notas especiadas y sabores ahumados en el que contrastan la ternura del lomo con la panceta mantecosa y la piel crujiente del animal. En Trattoría Manzoni la porchetta llega directamente de Ariccia, una ciudad al sur de Roma, donde se encuentra la única porchetta con denominación de origen. Se trata de un producto de calidad extraordinaria que pocos restaurantes tienen en Madrid y que se lo trae en exclusiva Valerio, un proveedor de confianza que es capaz de conseguir lo más especial y curioso de Italia como la mozzarella de búfala negra (que se hace con carbón vegetal) o el radicchio (una suerte de escarola de violeta).
A la vez que la Porchetta nos trajeron una Focaccia, muy fina y crujiente, con hierbas por encima, y con un aroma a pesto delicioso.
El siguiente plato fue una pizza de queso Camembert, con huevo, aceite de trufa y patatas chips: sencillamente riquísima. Se trata de una pizza alargada, con una masa súper fina y crujiente, con patatas chips artesanales e impregnada con el intenso sabor del aceite de trufa, que primero te entra por la nariz, y continuas saboreándolo durante el resto de la cena. El queso Camembert se siente en cada mordisco, equilibrado en su punto justo, ni muy fuerte ni muy suave, que mezclado con la salsa de tomate casera crean la combinación perfecta.
Después pudimos degustar una exquisita pasta fresca con albahaca, que a pesar de estar caliente te impregnaba la boca con un frescor espectacular. Brutal mezcla de sabores.
Casi no nos cabía nada más en el estómago pero no nos pudimos resistir a los raviolis rellenos de pera, con queso gorgonzola y nueces. Una delicia para el paladar. Una mezcla muy interesante al combinar el sabor dulce de la fruta con el queso y el fruto seco.
Por último, porque ya no podíamos irnos sin probar uno de sus postres, compartimos un Panna Cotta con frutos rojos. Temblorosa, con un profundo sabor lácteo y endulzada en su punto justo. Muy acertada ejecución del clásico postre italiano. Menos mal que caímos en la tentación.
Gracias por hacernos disfrutar de estos platos increíbles al cocinero madrileño Nacho Gil y el pizzaiolo lombardo Stéfano Carta, el tándem que ha hecho de Trattoría Manzoni uno de los imprescindibles del #ponzaning.
Datos de Interés:
Dirección: Bretón de los Herreros, 13
Metro: Ríos Rosas (L1)
Teléfono: 91 441 58 52
Día de cierre: Domingos noche y lunes
Precio: de 15 a 25 euros