Cocina creativa sin dejarse el bolsillo
La cocina creativa y de mercado está de moda. Pero a veces hay que pagarlo, y muchas de éstas los restaurantes se aprovechan. Sin embargo, hay quienes creen que se puede apostar por ello cuidando al mismo tiempo el bolsillo del cliente. Y de esta idea surgen propuestas como Shalakabula, que cuenta con una lista de clientes habituales (y no sólo porque tengan Mahou 5 estrellas de barril, que también hace lo suyo…).
Pero, aunque nadie diga que no a una buena Mahou bien tirada, no creo en los milagros. Y por eso sé que Shalakabula debe su éxito a la originalidad de su cocina, la calidad de la materia prima, la decoración de su local, y por supuesto, ¡el trato al cliente! Cuidando (y con mucho cariño) que se sienta como en casa, que disfrute con la cena y que se vaya con ganas de volver. Pero no me enrollo más y paso a contarte las delicias que probamos! Y nada más comenzar con el aperitivo, éste ya merece mención propia: Maki de croqueta de kimchi con tomate envuelto en alga nori y tempura negra de tinta de calamar. En su renovada carta ya no veréis estas delicias pero sí tendremos un reencuentro con el kimchi con el bao de oreja crujiente.
Para seguir abriendo boca nos atrevemos con un Bocado de manitas de cerdo con salsa brava de curry rojo y verduras encurtidas (9’9€ ración – 6’9€ ½ ración – 3’9€ ¹⁄³ ración). ¡Atrévete a probarlo! Que lo de «manitas» no te eche para atrás, porque aunque no te guste la casquería, tiene más de «torreznito» que otra cosa.
Seguimos con la ensaladilla. Pero no cualquier ensaladilla, porque en Shalakabula te presentan una Ensaladilla rusa templada Siglo XXI (10’9 € ración/6’5 media/3,90€ el ¹⁄³ ración), una forma de hacer de este plato típico, que encontramos en cualquier restaurante, una propuesta original (¡y muy rica!). Eso sí, sin perder su esencia.
A partir de ahí, propuestas como las croquetas de puchero o las gyozas son aciertos seguros, ya que aunque puedan parecer platos sencillos, llevan una gran elaboración y ¡vamos si se nota! Nosotros nos atrevemos con las Gyozas de pollo y shitake con salsa hoisin y tártara asiática (9’9€ ración – 6’9€ ½ ración – 3’9€ ¹⁄³ ración). Suaves, ligeras y con una presentación que hará que no quieras ni tocarlas.
Y llegamos al que para mi fue el plato estrella: el salmón soasado con alga wakame y aire de limón. Jugosísimo y con ese ligero toque a asado que consigue ir más allá del simple tataki. Si no has tenido oportunidad de probarlo antes de que lo retirasen de la carta, ¡no sufras! Aún tienes el chipirón a la llama o el tiradito de pez mantequilla para probar productos del mar cocinados al estilo asiático.
No podíamos irnos sin probar los postres, para los que te aconsejo que te dejes un huequecito, ya que son originales, ligeritos, y ¡muuuuuuuy ricos! En nuestro caso, nos dejamos aconsejar y probamos «El goloso», que, a la altura de su nombre, consiste en un Brownie de Gianduja acompañado de té matcha, helado de sésamo negro, tierra de chocolate blanco y palomitas caramelizadas. Como en Shalakabula no paran de inventar, ahora podéis encontrar postres deliciosos como el Milhoja de chocolate, helado de jarabe de arce y nueces de pecán o las texturas de chocolate blanco y violetas.

Textura de chocolate blanco y violetas.
Por último, si lo tuyo es el vino, éste también es tu sitio, ya que cuentan con una larguísima lista de blancos, tintos, rosados y espumosos para todos los gustos (y bolsillos). Nosotros nos atrevimos con un Terras de Javier Rodríguez; un estupendo vino de autor del Bierzo. Y con un tinto de las Bodegas San Pablo, una de las más antiguas de Moriles, famosa por sus vinos generosos.
En definitiva, Shalakabula es una opción inmejorable para disfrutar de una estupenda cena acompañada de un buen vino, en un lugar súper agradable y con un trato inmejorable por parte de todo el equipo. Y lo más sorprendente es que tras esta propuesta se esconden tres jóvenes con muchísimas ganas, que decidieron apostar por aquello que les apasionaba y así nació Shalakabula. Entre ellos, y quédate con su nombre, el chef Juan Sánchez Encinas, liderando la cocina con una creatividad y profesionalidad que se refleja en cada una de las propuestas que encontrarás en la carta. Y junto a él, la maître Natalia Sánchez, con muchos años de experiencia en hostelería que se demuestran en cada servicio y Sergio Señor, encargado de la gestión y de la comunicación y marketing y un apasionado de la cocina.
En pocos tiempo han logrado sus adeptos, así que no deben de estar haciéndolo nada mal… Yo te animo a que lo pruebes y por mi parte: ¡hasta pronto Shalakabula!
Datos de interés
Qué: Restaurante Shalakabula
Dónde: Don Ramón de la Cruz, 72
Cuándo: Martes-Sábado (13.30-15.30 y 20.30-22.30)
Cuánto: 25€ precio medio Aquí puedes consultar la carta
Contacto: 91 828 00 43 / reservas@shalakabula.com
¿Sabías qué? Uno de los socios del local, Sergio Señor, es un apasionado de la gastronomía y cuenta con su propio blog de recetas en El Mundo. Aquí te dejo su enlace.
Más información: en su página Web, Facebook o Instagram.