Más allá de unos magníficos torreznos
Los torreznos le hicieron saltar a la fama, pero Roostiq es mucho, muchísimo más. Productos de la mejor calidad, sin artificios y tirando de lo más auténtico. Cocina a fuego lento, con paciencia y mucho amor, y una magnífica relación calidad-precio que te permitirá ir, y lo que es más importante: repetir.
Un restaurante en el que todo gira en torno al horno. Y en concreto, en torno a un clásico horno de leña napolitano, construido por una familia de artesanos, que se mantiene entre 450 y 500º, lo que permite cocinar los alimentos sin perder sus (exquisitas) propiedades.
Y el buen material se acompaña de su otro gran secreto: el producto. Una selección de las mejores verduras de temporada, y unas magníficas carnes traídas directamente desde Palazuelos (Ávila), donde crían a todos los animales en libertad.
Así que, ¡vayamos al grano! Y comencemos, como no podía ser de otra manera, con la estrella de la casa: sus famosísimos Torreznos. Ligeros, crujientes, finitos… ¡para comer como pipas! Un primera toma de contacto con Roostiq que hará que se convierta en un flechazo.
De ahí, para aligerar un poco, pasamos a probar su apartado verduras. Y digo «un poco» porque nos decantamos por nada menos que las Espinacas baby y rúcula con vinagreta de bacon y huevo frito. ¡Impresionantes! Con un saborazo a brasas que nos deja con ganas de probar el resto de productos: sus alcachofas, pimientos confitados… O incluso optar por lo basiquísimo y dejarnos enamorar por sus tomatazos de huerta.
¡Siguiente punto! El Pollo Roostiq, otro de los clásicos de la casa. Procedente de sus pastos, criados en libertad, con un resultado súper jugoso, acompañado de una salsa casera de tomate y con un toque final a brasa que no falla.
Y por último, la gran sorpresa de la noche. Y es que su Pizza de burrata y cherrys consigue conquistarnos y convertirse en una de nuestras favoritas de Madrid. Le teníamos muchas ganas, y supera expectativas. Pero si quieres arriesgar más, puedes optar por la de Enchilada de carne, Guanciale y Cebolleta, o incluso su Calzone de torreznos. El título de este apartado de la carta nos iba avisando («No podemos vivir sin pizzas«). ¡Nosotros sin las suyas, tampoco!
Y espera que aún hay hueco para el postre. Donde tampoco levantan la guardia. Porque la Tarta de queso es una delicia. Con un ligero toque a avellana. Ligera, original y súper rica. Una estupenda manera de despedirnos de Roostiq con un «¡Hasta pronto!».
Datos de interés:
Qué: Roostiq, cocina a fuego
Dónde: Calle de Augusto Figueroa, 47, 28004 Madrid
Horario: Lunes a Domingo: de 13:15 a 16:00 y de 19:00 a 23:00 h.
Contacto: 91 853 24 34