Date un caprichazo sin que pese en tu conciencia
«El sabor de la libertad«. Así reza el eslogan de Rómola, el restaurante perfecto si quieres salir a cenar sin saltarte la dieta, y lo que es más importante: si quieres hacerlo disfrutando. Porque existe una vida más allá de las ensaladas y el pescado a la plancha, y se pueden degustar unas deliciosas navajas glaseadas o unos crujientes buñuelos de bimi, sin necesidad de ponerse a contar calorías.
En definitiva, cocina saludable pero divertida. Porque Rómola nace de la unión del disfrute y del cuidado de uno mismo, con una propuesta gastronómica súper interesante que apuesta por la salud sin renunciar al sabor. Recetas hipocalóricas, sin azúcares añadidos, grasas trans ni harinas refinadas, pero altas en proteínas, fibra y omega 3, que lograrán sorprenderte.
Y es que la carta guarda su misterio, porque ha sido diseñada por el chef Jorge Reina en colaboración con Pronaf, una firma dedicada a la educación de hábitos de vida saludables, que ha asesorado al equipo de Rómola sobre los mejores ingredientes a incluir en cada receta atendiendo a sus nutrientes y valor calórico.
Y no sólo la carta sino el espacio también tiene su aquel. Diseñado por el estudio del arquitecto Andrés Jaque, en Rómola encontrarás un local súper amplio y luminoso, pero cálido al mismo tiempo, con una cocina a la vista del público en la planta inferior, para hacer testigo al visitante del trabajazo de ingeniería que requieren estos platos tan estudiados.
En nuestro caso, aprovechando que es temporada, comenzamos por las Alcachofas con crema de tupinambo y velo de jugo ibérico (16 €). 172 calorías de sabor en las que podrás darte el capricho de mojar en su salsita, que por otro lado está de muerte. Plato súper conseguido que sin duda te recomiendo si te acercas antes de que finalice su (bendita) época.
Y antes de pasar a los segundos degustamos otro plato que según abrimos la carta llama nuestra atención: las Navajas glaseadas con kimchi y hojas orientales (216 cal. – 16’5 €). ¡Espectaculares! Sin duda, uno de los platos estrella de Rómola, que por si solas ya merecen la visita.
Y en cuanto a los segundos, nos decantamos por un pescado y una carne para saber cómo manejan ambos productos. En el primer caso, optamos por el San pedro al carbón con curry de cúrcuma (186 cal. – 22,50€), ya que es un pescado muy difícil de encontrar, y si se sabe cocinar está de rechupete.
Y dejamos un hueco en el apartado carnívoro para probar su Muslo de pintada rellena de kale y bulgur vegetal (396 cal.- 19,50€). Y aquí tengo que decir que tanto el san pedro como la pintada nos gustan mucho y están muy bien trabajados, pero no llegan al nivel de los entrantes, que habían puesto el listón muy alto.
Y guiados por el simpático camarero (hay que decir que la atención del personal también merece su mención), nos decantamos por el Chocolate Rómola con roca de avellana (288 cal.- 6’5 €), que mezcla chocolate en distintas texturas y es la opción perfecta si tampoco eres muy dulzón o dulzona.
En definitiva, una muestra más de que se puede comer muy bien y muy sano sin renunciar al disfrute. Eso y que el despliegue de restaurantes que ofrecen alta cocina saludable sólo acaba de comenzar. Y aquí Rómola tiene mucho que decir, ¡y mucho que enseñar!
Información de interés
Qué: Rómola, unguilty pleasures
Dónde: Calle de Hermosilla, 4
Precio medio: 35 €
Horario: M-J de 13.30 a 17.30h y de 20.30 a 1 h / V-S de 13.30 a 2.00 / D de 13.30 a 17.30 / Lunes cerrado.
Contacto: 91 344 943
Más información: en su Web, Facebook o Instagram