Las vacaciones de verano ya quedaron muy lejos para la mayoría de nuestros lectores. Según el nivel de estrés o la profesión que tengamos, la rutina de trabajo afecta de una forma u otra. Además, si vives en una ciudad grande como Madrid o Barcelona, tienes que aprender a ser paciente: el transporte público abarrotado, las largas esperas en los establecimientos y el ritmo frenético de actividades, suelen aumentar la presión mental considerablemente. Las estadísticas confirman que la mayoría de visitas al médico tienen que ver con problemas relacionados con el estrés. De hecho, según las Naciones Unidas, el estrés laboral es la epidemia del siglo XXI.
Proponemos aquí unos sencillos pasos para cambiar la rutina alienante y conseguir, de forma fácil y accesible para todos, una felicidad y un bienestar saludables.
Contrata un almacén
Primero, necesitas un sitio libre en tu hogar donde poder llevar a cabo tu proyecto de relajación. Por eso, el primer paso es buscar un espacio. Para ello, debes guardar o deshacerte de todos esos muebles, ropa y demás pertenencias que no uses de forma habitual. Solo así podrás liberar espacio en tu casa. Esos objetos obsoletos que sabes con certeza que no volverás a utilizar, puedes venderlos rápidamente por cualquier aplicación. Por otra parte, si decides conservarlos, puedes guardar en cajas lo que desees y apostar por un servicio de Self Storage o alquiler de trasteros. De esta manera, entre las empresas que arriendan estos mini-almacenes destaca Globalbox, la cual se diferencia del resto por sus altas condiciones de limpieza y seguridad, sus amplios horarios de apertura o el transporte gratuito en furgoneta.
Diseña tu propia sala de relajación
Una vez liberado de tus objetos antiguos, debes elegir los colores idóneos para tu nuevo cuarto anti-estrés: la cromoterapia es una técnica que tiene efectos sobre la salud. Los colores son energía; combaten y alivian el estrés. El azul suele ser el más indicado para relajar el sistema nervioso; el verde tiene un efecto sedante; el rosa equilibra emociones. Los colores energéticos, como el rojo, no son recomendados. Además del color, la decoración es otro elemento indispensable: unos grandes cojines, unos pufs o algún sofá cómodo. Como colofón, sería ideal añadir una pequeña fuente de agua para recrear el sonido de un arroyo.
Aprende a meditar
El mindfulness está cada vez más presente en nuestras vidas y, aunque no seas muy espiritual, debes saber que la meditación es un beneficio a corto y largo plazo. Consigue esa sensación de bienestar gracias a algunas sencillas estrategias de meditación y elimina así el insomnio, la ansiedad y el nerviosismo. El sitio ya lo tienes; ya has conseguido tu propio santuario. Una vez conseguido eso, otros pasos importantes son: utilizar una ropa cómoda, buscar una postura adecuada, aceptar los pensamientos que surgen y seguir adelante con la concentración, añadir la relajación a tu rutina diaria.
Por último, no hay que pasar por alto la iluminación: evita, sobre todo, las luces fluorescentes. Ahora solo queda disfrutar de tu santuario y alargar la calidad de vida.