The Place

Comida de categoría como en el salón de casa

CERRADO PERMANENTEMENTE

The Place es un sitio difícil de encontrar y aún más difícil de olvidar. A The Place no se le pueden poner etiquetas, porque es de lo que ya casi no queda: un local de atmósfera casera donde se preocupan de que la calidad de tus platos sea insuperable.

The Place y su atmósfera casera

En The Place, la calidad de los productos es primordial. No les basta con inventar recetas fantásticas, ellos no están contentos hasta haber encontrado el producto perfecto que aún te hará la boca agua cuando lo recuerdes horas (incluso semanas) después. Así, los responsables de The Place viajan continuamente visitando a pequeños productores de todas las regiones y países para traerte lo mejor de lo mejor: por ejemplo, un café de Florencia que ningún otro restaurante español tiene.

Ensalada Waka-Mola con crema de aguacate artesanal

Para beber, cerveza artesanal. Pero no cualquiera, ¡la mejor! Déjate aconsejar por el amable personal, porque hay cervezas para todos los gustos (suaves, más fuertes, con un toque afrutado…). Después, hay que seguir con una ensalada, por ejemplo, la Waka-Mola, que lleva una crema de aguacate artesanal que no te dejará indiferente.

La carta de The Place está llena de guiños a la cocina italiana. Su punto fuerte son los panini y las tostas. Nosotros probamos el panini Diamante Ibérico (finísimo lardo ibérico, miel y nueces), que tenía un punto dulce que nos enamoró. También pedimos el panini Sobrasa2 (auténtica sobrasada extremeña, queso cremoso D.O. y lechuga). Sencillamente, magnífico. Todos los platos de The Place tienen ese ingrediente, ese detalle, que lo hace prácticamente inmejorable.

Delicioso panini Sobrasa2

Llamadnos golosos… Pero no pudimos resistir la tentación y pedimos dos postres. La tarta de queso artesanal nos enloqueció. Y el brownie The Place… no hay palabras para describir su perfección. Aviso: está tan bueno que cuesta compartirlo. Para terminar, un exclusivo café italiano y un cóctel de té de procedencia, cómo no, inglesa. Un final fresquito y maravilloso.

Como veis, la comida de The Place da para escribir un libro (una Biblia del buen sabor, si queréis). Pero también es imprescindible hablar del ambiente del restaurante. Es como entrar en casa: un sofá, una estantería con libros (con servicio de préstamo), una chimenea, buena música, luces tenues y… ¡un piano! Disponible para los clientes virtuosos. Como curiosidad, la vajilla es artesanal, fabricada en los años 20.

El mejor final: brownie The Place con cóctel de té

The Place es de lo mejor que me he encontrado por Madrid. Platos sin saturación de ingredientes para no enmascarar el verdadero sabor de los productos. Ambiente casero y relajado, perfecto a cualquier hora del día (incluso para un cóctel relajado por la noche). Y encima, buenos precios. ¿Qué más podríamos desear?