Las empresas start-up llevan algún tiempo implantándose en las principales ciudades europeas, como pueden ser Berlín, París, Ámsterdam, y por supuesto, Madrid. La capital se ha consolidado en los últimos años como uno de los territorios predilectos para acoger las compañías modernas con ambiciones de abrirse camino en el competitivo mundo empresarial. ¿Por qué son cada vez más las jóvenes empresas las que deciden instalar su sede en las capitales?
En primer lugar, por la propia oferta de la capital. Madrid no solamente es dinámica y con una mirada puesta en el futuro, sino que desde hace unas décadas su apertura internacional se ha vuelto una auténtica referencia para muchas otras metrópolis de Europa. Además, el clima y el estilo de vida en España son también argumentos poderosos que hacen de Madrid un destino perfecto para muchas de las start-ups, que se nutren en buena medida de gente joven y equipos internacionales. Empresarios y trabajadores de hoy en día cuentan con tantas ganas e ilusión por su proyecto profesional como por disfrutar de la vida en su tiempo libre.
El trabajo remoto está a la orden del día. Mantener reuniones, dirigir un equipo, e incluso acceder al escritorio de un ordenador que tengas en otro país a través de tu móvil, por ejemplo, son realidades hoy en día gracias a la moderna tecnología de teletrabajo que tenemos a nuestra disposición, como la que nos ofrece Teamviewer. La rotación laboral y los trabajadores que cambian de país ya sea de manera temporal o permanente es constante, y Madrid, es un destino más con excelentes atractivos para gente de diferentes países, lenguas y culturas.
Algunos aspectos inusuales como el Brexit, han acelerado la llegada de todo tipo de firmas a otras grandes urbes europeas como la española, que compite sobre todo con Fráncfort, pero también con París, Berlín, Ámsterdam, Hamburgo, Barcelona. Por otro lado, Londres siempre ha sido y sigue siendo una de las ciudades más importantes del mundo en el entorno empresarial. No obstante, la incertidumbre generalizada creada a raíz del Brexit, unido al alto coste del alquiler, ha animado a no pocas empresas a establecer su base de operaciones fuera de la isla.
Por último, otro de los factores que juega a favor de la capital española es el idioma. El español es el segundo idioma más hablado en el mundo después del chino mandarín. La ciudad ha prosperado en las últimas décadas como una de las referencias en Europa en el mundo de los negocios, y particularmente con el amplio mercado de América Latina, especialmente en industrias como el turismo. Por ese motivo, se han creado infraestructuras y Madrid ha ganado experiencia y reputación como conexión en Europa con los mercados de Hispanoamérica e incluso aunque en menor medida con Estados Unidos, un país donde cada vez se extiende más la lengua de Cervantes.
Madrid sigue resultando atractiva a las empresas tradicionales y también a las más modernas. Que siga así.