La nueva era del restaurante «museo» Lhardy
Lhardy es uno de esos sitios a los que hay que ir al menos una vez en la vida, tanto si eres de Madrid como si vienes de turismo. Posiblemente sea el restaurante más histórico de nuestra cuidad y lo ha conseguido especializándose en la comida más típica de aquí: el cocido madrileño, además de una innovadora carta llena de sabor que no te dejará indiferente. Historia y gastronomía se funden en un gran espacio situado en plena Plaza del Sol haciéndolo, si cabe, aún más especial.
Tras una reforma integral del restaurante y de la tienda, en la que se han mantenido la misma esencia y conservado su valor histórico, Lhardy sigue atrayendo las miradas del público. Asimismo sus piezas de plata, menaje o cristalería, auténticas reliquias relucen hoy para ensalzar su trayectoria histórica. Tras más de 180 años de buena cocina en Lhardy se cuida al detalle desde el acabado de los platos hasta la presentación de las mesas.
Nuestra experiencia en Lhardy
Al llegar a Lhardy, nos quedamos impresionados con la tienda que sigue situada en la planta baja con acceso desde la calle, donde podrás probar unas elaboraciones clásicas, como el famoso consomé servido directamente de su samovar o las croquetas de cocido de Lhardy, ambas las probamos y podemos decir que el sabor es espectacular, el consomé nos templó el cuerpo, además de dejarte un sabor final exquisito y las croquetas, su cremosidad nos dejó boquiabiertos. Dos platos que deberías probar sin duda. También en la tienda vais a poder disfrutar de muchos más productos como bollería artesanal, el clásico huevo hilado, las bandejas de boquerones y riñoncitos etc.
Más tarde, en el restaurante situado en la parte de arriba, después de subir unas preciosas escaleras dignas de ver, nos sirvieron unas almejas de Carril a la sartén con palo cortado que tenían una salsa increíble. Posteriormente nos pusieron unos callos a la madrileña que parecían una obra de arte, ya que rebañamos hasta la última gota del plato, consagrándose como los más famosos de Madrid.
También pudimos probar un plato que estaba fuera de carta que eran unas alcachofas con una salsa de foie y parmesano, además de echar por encima trufa que le otorgaba al plato un toque especial. Para terminar como no podía ser de otra forma acabamos probando el Solomillo Wellington con patatas a la inglesa, elaborado con materias primas de primera calidad cuya cobertura de hojaldre es completamente artesana y elaborada por el equipo de cocina de Lhardy.
De postre nos pusieron su famoso y mítico soufflé de Lhardy, para el que el equipo de cocina elabora de manera artesanal desde el bizcocho a la nata, pasando por el helado un postre muy ligero que te dejará encantado. Para terminar nos pusieron un Gyn de su propia elaboración que nos supo muy refrescante y digestivo.
Todo el mundo sabe que lo más famosos de Lhardy es su cocido y su soufflé. Pero lo que muchos no saben es que Lhardy fue el primer restaurante de Madrid en poner mesas separadas, cubertería de plata y manteles blancos. Además fueron los primeros en incluir en su carta el concepto de «menú del día» con precio cerrado.
Pascual Fernández, director, nos atendió amablemente y nos mostró todas las curiosidades de este rincón imprescindible de Madrid. Por él han pasado y pasan celebridades de todo tipo, desde Azorín que escribió aquello de “No se puede concebir Madrid sin Lhardy”, hasta embajadores y todo tipo de turistas que llegan hoy día a la capital con ganas de comerse la historia de Madrid.
Si tenéis la oportunidad aprovechad para hablar con Pascual Fernández, director de Lhardy, o cualquiera de los empleados para que os cuenten la Historia de este restaurante que además este año está de aniversario, ¡ni más ni menos que 175 años!
Datos de interés
Qué: Lhardy
Dónde: Carrera de San Jerónimo 8, 28014 Madrid
Horario: Cocina: L a S de 13:00 a 15:30, de 20:30 a 23:00, D y festivos de 13:00 a 15:30 | Tienda: L a S de 9:00 a 22:00, D de 10:00 a 15:00
Precio: Más de 30€ por persona
Cómo llegar: <Metro> Sevilla (L2) y Sol (L1, L2 y L3)