Una taberna moderna que declara su amor por lo castizo

Vista interior del local.
Asentados en las lindes de la Plaza del Dos de Mayo, encontramos Greta Taberna, un restaurante de apenas dos meses de vida que ya ha fidelizado a propios y extraños. Además de su estupenda localización, su gran baza es su oferta gastronómica, que podría considerarse comida tradicional desde una perspectiva moderna y creativa.
El proyecto nace a partir de una tormenta de ideas entre Miguel, Quique y J. Félix. Juntos, decidieron aventurarse en el mundo de la hostelería. Tenían una idea clara: rendir homenaje a la tradición castiza desde su propio prisma. A partir de ahí, todo fue cogiendo forma. El nombre de la taberna responde a su deseo de ponerle un nombre de mujer, que fuese claro y conciso. Resulta que «Greta» – el nombre con que se bautizó a la golden retriever de Quique – daba en el clavo y así se quedó.

Entrada de Greta Taberna
Tom Graham fue el encargado de diseñar el cartel. No era tarea fácil puesto que, por fuera, el local no tiene la mejor visibilidad porque no tiene cristalera y, de noche, está bastante oscuro. Necesitaban un cartel que llamase la atención e invitase a entrar. Tom cumplió con su propósito a la perfección y logró un diseño que recuerda a la que era habitual en el siglo XIX, la del Madrid más castizo.
Después, adquirieron el local, un establecimiento de dimensiones reducidas pero bien aclimatadas para acoger un restaurante. Decidieron que lo mejor era darle una decoración sencilla, coronada con colores dorados y verdes y respetando la sobriedad que caracterizaba a las tabernas de antes. Las fotografías que adornan las paredes las realizó el propio Quique, que gusta de colocarse tras el objetivo y encontrar retazos de la personalidad madrileña en cualquier esquina.
Para su oferta gastronómica, se asociaron con Javier Gutiérrez, un chef canario que se encargó de darle una vuelta a los platos tradicionales que tenían en mente los tres socios. ¿El resultado? Una carta corta pero ancha en tanto que mezcla artesanía, tradición y diseño de una forma ingeniosa y, por supuesto, deliciosa. Desde sus entrantes hasta sus platos principales y postres, tocan todos los palos de la gastronomía madrileña pero aportando su granito de arena.

Entrecot con patatas y pimiento de padrón
La ensaladilla Greta es, sin duda, el buque insignia de la carta. Y aunque esté siempre a disposición de la clientela, el secreto que reside en su receta es un misterio. Así que si te encariñas de este plato, no esperes encontrarlo en ningún otro lugar. Sus croquetas de jamón empanados con panko japonés son pequeños bocados de auténtico placer. El entrecot, perfecto para compartir entre dos personas, hará las delicias de los madrileños más carnívoros. Para el postre, degustamos la tarta de queso casera que fue el colofón perfecto.
Me faltó probar su brioche de foie con manzana asada y cebolla caramelizada así como el tuétano de vaca con steak tartar tradicional pero siempre es mejor quedarse con ganas de más y garantizar la vuelta. En Greta Taberna puedes disfrutar de una deliciosa comida antes de proceder a las copas y al bailoteo en Malasaña o simplemente para recuperar viejas tradiciones con amigos o familia.
Datos de interés:
Qué: Greta Taberna
Dónde: C/San Andrés, 26
Cómo llegar: <Metro> Tribunal (L1, L10) | Bilbao (L1, L4 y L10)
Horarios: L-X de 18:30 a 01:00 | J de 18:30 a 02:00 | V-S de 12:30 a 02:30 | D de 12:30 a 18:00
Más información en su Facebook e Instagram
- Croquetas de jamón empanadas con panko japonés
- Tuétano de vaca con steak tartar
- Tarta de queso casera