El gran sueño de Emil Samper (MasterChef) que todos aplaudimos
Salir a cenar puede ser algo más que dejar de cocinar por un día, darse un capricho, o probar cosas nuevas. Puede convertirse en toda una experiencia de principio a fin. Y así lo demuestra Crudito, el nuevo restaurante de Emil Samper, que se instala en la capital para hacernos disfrutar a todos. Porque una de las máximas del conocido exconcursante de MasterChef es hacer cocina saludable, pero también «divertida y sexy«.
«Un restaurante puede ser muy sano pero si te aburres no vale nada. Hay que celebrar la vida porque cada día puede ser el último y nuestra comida te motiva a hacerlo» explica el propio Emil mientras nos da la bienvenida a la White Dragon, la sala que cada viernes y sábado presencia su espectáculo Show cooking.
Porque en Crudito hay que vivir la experiencia del menú Interlingua. Un novedoso concepto que tomando el nombre de Blade Runner (peli de culto del chef), hace referencia a esta sucesión de platos que hacen de la gastronomía un puente conector entre todas las culturas culinarias. La multiculturalidad de nuestros días llevada al terreno gastronómico.
Pero son sólo nueve afortunados los que cada fin de semana pueden sentarse frente a Emil Samper para disfrutar de la función. Y es que en ciertos momentos, uno parece presenciar una obra de teatro en la que Emil es el gran protagonista, pero se rodea de los mejores actores de reparto para hacer disfrutar a un exigente público, que ha venido a pasárselo bien.
Pero no sólo el nombre, sino todo el concepto que gira en torno a Crudito es novedoso. Con una apuesta por la alimentación saludable a través del respeto hacia la salud del cuerpo y la mente, el equilibrio, la armonía y por supuesto el disfrute. Y para lograrlo se apoyan en productos de la mayor calidad que mezclan superalimentos y probióticos, la mejor combinación para la salud.
Y llegados a este punto, ¡que comience la función! Y como no podría ser de otra manera, se inicia brindando. En este caso con una Sangría de kombucha con jengibre, frutas frescas, citronella, azúcar de palma… Para facilitar la digestión y para alegrar al invitado… ¡y al anfitrión! Y tras esta puesta en escena, pasamos al primer plato, un sabrosísimo Suquet tailandés de langostino con noodles de batata y el toque picante que elijas. Todos los picantes son 100% naturales, así que atrévete con ellos y demuestra hasta dónde puedes llegar!
Y tras este original suquet, y sin dejar los toques asiáticos tan presentes en Crudito, Emil nos sorprende con la Som tam salad, una ensalada thai de frutas y verduras (Papaya, caqui, tirabeques…) con gambita de huelva y salsa de tamarindo. Ligera, fresquita, pero sobre todo, ¡deliciosa!
Y sin dejar el continente, pasamos al Guacamole que nos propone Crudito. Porque no hace falta viajar a México para degustar un buen guacamole y en este caso, la versión «malaya» que sustituye los totopos de maíz por unos de salmón crujientes, ¡nos parece el ideón!
Y de ahí, a la explosión de sabor: el Gunkan sobredosis de mar. No podían haber elegido mejor nombre porque mezclan en un solo bocado gamba de profundidad, huevas de tobiko, bogavante, erizo y salmón, y una sabrosísima salsa de coral. Y como dice el propio Emil, «lo que puede parecer un exceso, se convierte en una delicia«. Pero sin dejar esta línea pasamos a otro platazo cuya elaboración ya da gusto contemplar. El Ceviche tropical preparado al momento con el mero más fresco, y bañado en una leche de tigre hecha a base de frutas (sandía, naranjas, lima, leche de coco, papaya…): ¡mantequilla!
Y así llegamos al surtido de nigiris, que incluye sus tres «hits del año«. Comenzando por el de berenjena con pasta de miso, que puede parecer el más sencillo y sin embargo es el que más sorprende; hasta llegar al de salmón con col kimchi, parando a mitad de camino en el original nigiri de dorado vestido con ajo negro.
Y nos despedimos del mundo marítimo con el Mojo de laos, un tataki de pez limón con mojo de solomillo de vaca, gambas y fermento de especial thai, que vuelve a demostrar una vez más el productazo con el que trabajan cada plato, y la importancia de respetarlo preparándolo así, «crudito».
Pero antes de despedirnos definitivamente, faltaba el plato de carne, y Emil nos sorprene con el Solomillo Yukheo, un tartar de solomillo de vaca marinado en miel acética y vinagre de Sisho, con pera de agua y piñones. Un plato súper ligero y fresco, y muy equilibrado.
Y llegamos a los postres para probar el Nicanor con cúrcuma, una opción muy ligera que consiste en un hojaldre de manteca de vaca y helado concentrado de cúrcuma fresca y miel de azahar. Para finalmente despedirnos con la Tartaleta de chocolate, con sablé de espirulína con chocolate triple seco , merengue deshidratado y anacardos garrapiñados. Un toque dulce para terminar y marcharnos de Crudito pensando más que en una despedida, en un “¡hasta pronto!”.
Todo ello sin olvidar la posibilidad de acompañarlo de un exclusivo maridaje de vinos que hará la cena aún más redonda. Así que en definitiva, Crudito es uno de los grandes regalos que nos dejó el 2017 y lo demuestra el hecho de haberse convertido en poquísimo tiempo en un referente en la capital, nominado entre los 10 mejores restaurantes de Madrid por Plateselector.
¡Y esto sólo acaba de comenzar!
Datos de interés
Qué: Crudito, la experiencia de salir a cenar
Dónde: Calle Redondilla, 7
Precio medio: 35 € (menú degustación 75 €)
Horario: de miércoles a sábado de 20 a 2.00 h y sábados y domingos de 13 a 16 h [showcooking/ menú degustación viernes y sábados a las 21.30 h)
Contacto: 660 474 059 / [email protected]
Más información: en su web, Instagram, Twitter, Facebook