Una comedia de muerte
Desde el 21 de diciembre está en la Sala Guirau del Teatro Fernán Gómez el nuevo espectáculo de la compañía Ron Lalá, Crimen y Telón.
Un homenaje al teatro universal con forma de thriller de género negro, ambientado en un cercano futuro en que las artes están prohibidas y nuestro planeta, convertido en Ciudad Tierra, es liderado por una inteligencia artificial con un ejército de drones. Una investigación contrarreloj en que el asesino podría ser cualquiera. Incluso ustedes, señores espectadores.
Crimen y Telón nos traslada al año 2037, las artes han sido prohibidas, año en el que Muere el Teatro y el detective Noir es el encargado de descubrir al asesino. Para ello se remontará a los orígenes y recorrerá la historia del Teatro. Un tour de force de disciplinas interconectadas para contar una historia compleja (pero no complicada), sencilla (pero no simple) y eterna (aunque mortal): la del teatro. Además, un desafío: representar cada uno de los cuadros de los flashbacks con un estilo de interpretación distinto, reconocible y degustable, para que los espectadores «vivan» en directo los diversos cambios que experimenta el teatro a lo largo de su historia.
Textos originales que entremezclan la oscura poética de Hammet y Chandler con las referencias a todos los grandes estilos teatrales. Banda sonora original con diversidad de instrumentos que recrean las atmósferas de cada escena, desde el jazz hasta la música barroca; música sin complejos. Una gran variedad musical tocada y cantada en directo. El estilo ronlalero funde la disciplina musical y dramatúrgica en un discurso unitario que, en esta ocasión, se plantea un “más difícil todavía”, recorriendo sonora y literariamente la historia del teatro occidental.
Se trata por un lado, de una parodia de la precaria situación actual de las artes y la cultura en nuestro país (y en el mundo). Por otro, un homenaje al teatro (y otras artes escénicas) en sus diversas épocas, naciones y estilos, a través de las diversas escenas que, a modo de puzzle, van configurando el gran enigma. Todo ello envuelto en el aroma del género negro más crepuscular y poético, con referencias a la literatura de Poe, Conan Doyle, Chesterton, Hammett, Chandler, Christie, Highsmith… y el gran cine del género.
Un laberinto de intrigas y carcajadas servido por cinco actores-músicos. Un thriller con música en directo, a contrarreloj y a tiempo real que convierte a los espectadores en testigos y sospechosos del mayor magnicidio de la historia de las tablas: ¿quién mató al teatro?