En los últimos años, Madrid se ha consolidado como uno de los 10 destinos turísticos más visitados en Europa, lo cual es comprensible al ser una de las principales ciudades del mundo. La demanda ha aumentado de tal manera que es posible encontrar hasta hoteles todo incluido en Madrid con el objetivo de poder disfrutar de la ciudad sin tener que preocuparse de nada más. Sin duda, los turistas vienen a Madrid atraídos por la infinidad de edificios históricos y museos que alberga la ciudad, la gastronomía y el entretenimiento pero, además de estos lugares tan populares, la ciudad cuenta con un sinfín de lugares secretos, curiosos y poco conocidos que harán las delicias de cualquier visitante. Y eso es precisamente lo que os traemos hoy, lugares desconocidos para la mayoría de la población.
1. El parque Quinta de los Molinos
En pleno distrito de San Blas encontramos este parque casi desconocido que, sin embargo, posee el título de Parque Histórico y Bien de Interés Cultural. El parque se establece en una zona de 25 hectáreas que, en su mayoría, se compone de olivos, pinos, eucaliptus y almendros. También es posible hallar un pequeño estanque con patos, un palacete y dos molinos, los cuales dan nombre al parque.
En este oasis natural es posible disfrutar en primavera de un paseo entre almendros en flor que nada tienen que envidiarle a los del Valle del Jerte. Estos almendros tienden a florecer a finales de febrero y principios de marzo, aunque dependiendo de la climatología puede adelantarse o retrasarse. El parque está dividido en dos zonas claramente diferenciadas: la zona norte con estilo romántico paisajista y la zona sur de carácter agrícola. Es, sin lugar a dudas, un espacio destinado a desconectar y contemplar la naturaleza sin límites.
Dónde: Calle de Alcalá, 527
2. El jardín del príncipe de Anglona
Este jardín escondido está ubicado en la Plaza de la Paja, en pleno barrio de La Latina, abriéndose como mirador a la calle de Segovia y siendo de acceso público. Su origen se remonta al siglo XVIII y es uno de los pocos jardines nobiliarios de este siglo que aún se conservan al igual que la estructura original de todo el jardín. Su trazado es neoclásico y su perímetro está rodeado por altos muros que sostienen en algunos tramos una celosía, además en su interior se hallan tanto árboles de grandes dimensiones como pequeños parterres, delimitados estos por setos de boj.
Por otra parte, el espacio está separado en tres áreas diferenciadas, siendo el central el más importante al estar dividido en cuatro cuadrantes de los que se abren varios caminos y en cuyo cruce encontramos una pequeña fuente realizada en granito. En la parte que da a la calle Segovia, discurre un camino cubierto con una pérgola que cuenta con una rosaleda y en una de las esquinas se levanta un cenador de hierro, dando lugar a la tercera área del parque. Además, en su interior, se localizan varios bancos que permiten disfrutar de la paz que desprende el lugar.
Dónde: Plaza de la Paja, 6
3. Le Café Bistrot del’ Institut Français
En el corazón del Instituto Francés se encuentra un pequeño e íntimo café con aire francés que se abre a una tranquila terraza junto a un patio cubierto de plantas, además de contar hasta con su propia fuente y pérgola. Se encuentra un poco escondido, por lo que será necesario seguir fielmente las indicaciones para poder llegar hasta aquí. Este espacio nos permite acercarnos a la gastronomía francesa al mismo tiempo que pasamos un rato agradable y alejado del bullicio de la ciudad. Es posible degustar un delicioso croissant durante el desayuno así como otra serie de platos incluidos en el menú del día y hasta una agradable merienda, todo esto además, por un precio bastante asequible. Asimismo, suelen organizar actividades diversas abiertas al público siendo muchas de ellas gratuitas, como noches de cine o exposiciones.
Dónde: Marqués de la Ensenada, 12
4. Bosque Finlandés de Rascafría
Aunque su nombre real es Bosque El Potario, al adentrarte en él es posible comprender por qué se le ha denominado popularmente como El Bosque Finlandés. Este enclave se encuentra situado en la localidad madrileña de Rascafría, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, y a 1h 20min. en coche del centro de Madrid. El lugar es, sin lugar a dudas, idílico. De ese tipo de sitios que te quitan el aliento y te transportan a otras zonas del globo terráqueo de lo impresionante de la vista. La mejor ocasión para recorrer su frondoso bosque es en época invernal, pues podemos encontrarlo completamente nevado, recordándonos a las frías tierras nórdicas. Además, en su interior, se halla una pequeña cabaña de madera y un lago que en invierno acaba congelado.
Para llegar hasta aquí hay que dejar el coche en el parking del Monasterio de El Paular, a dos kilómetros de Rascafría, cruzar un puente y llegar hasta una verja de hierro, la cual hay que atravesar para llegar al Camino Natural Valle del Loyola. Una vez allí solo hay que seguir el camino hasta llegar a la cabaña y ya estaríamos en este bosque de cuento de hadas. No obstante, si os quedáis con ganas de explorar los alrededores, cerca del Bosque Finlandés se encuentran las Cascadas del Purgatorio, lugar ideal para los apasionados del senderismo y la fotografía.
Dónde: Localidad de Rascafría, 28740
Si leer un poco sobre estos lugares te ha abierto el apetito explorador y aventurero, quizás tu siguiente paso deba ser buscar en diversas páginas de viajes, como Iberostar.com, cuál será tu alojamiento ideal para pasar unos esplendidos días recorriendo los lugares más secretos de Madrid.