¿Cuáles son los monumentos más sorprendentes de la ciudad?
Una de las múltiples maravillas que enamoran a turistas y a locales de Madrid es su factor sorpresa. Tanto los visitantes como quienes vivimos aquí tenemos la costumbre de pasar ante las estatuas y fuentes de Madrid prestándolas más o menos atención… hasta que nos topamos con algo que nos hace parar en seco y mirar. ¿Qué tal si hablamos de algunos de esos monumentos que acaparan toda nuestra curiosidad?
Además, muchos de estos están muy cerca de los mejores parques de Madrid, así que al mismo tiempo que apreciamos todos los detalles de cada uno de los monumentos, podemos ir paseando tranquilamente por los amplios parques.
En el final del artículo encontrarás un mapa para ubicarlos con exactitud y no agobiarte en el intento.
- 1. El lector de la Plaza de la Paja
- 2. La Gran Vía en miniatura
- 3. La Fuente de Apolo
- 4. El Templo de Debod
- 5. Los restos del Muro de Berlín
- 6. El Ángel Caído del Retiro
- 7. La Torre Eiffel
- 8. El donut rojo del Juan Carlos I
- 9. Las dos cabezas de bebé de Atocha
- 10. La mujer con espejo de Botero
1. El lector de la Plaza de la Paja
Hubo una vez un hombre tan enfrascado en su lectura que se olvidó del tiempo y se convirtió en estatua. Bueno, tal vez la historia no fuera exactamente así, pero lo cierto es que este hombre de bronce que no levanta la vista de su periódico parece estar contándonos una historia tan fantástica como la que nos hemos inventado. Y, ¿qué pone en ese diario que tiene tan hipnotizado al lector? Una frase muy sencilla que aquel o aquella que quiera acercarse también descubrirá: «Entre todos rehabilitamos Madrid».
Este caballero descansa perenne en un banco de granito desde, que en el año 1997, su autor Félix Hernando, le dio vida. Si quieres ir a tiro hecho, lo encontrarás justo a los pies del antiguo palacio de los Vargas, en la plaza que habitaba antiguamente el mercado de Madrid, aunque probablemente llegarás antes a esta plaza si te decimos que es uno de los puntos de encuentro de la juerga del barrio de la Latina.
2. La Gran Vía en miniatura
¿Sabías que hay otra Gran Vía… en la Gran Vía? Resulta que la calle más recorrida de Madrid guarda una pequeña reproducción de sí misma en el punto donde coincide con la calle Alcalá. Claro que, al estar situada bajo el edificio Metrópolis, esta maqueta capta la mirada de pocos transeúntes.
Se trata de una plancha de bronce, obra del arquitecto municipal Javier Aguilera Rojas, que se inauguró en el año 2010 para conmemorar los 100 años del comienzo de los trabajos. Ahora, ya sabes dónde está, por si algún día necesitas consultar un mapa tridimensional de la zona.
3. La Fuente de Apolo
¡Ay, qué injusta es la fama! Desde que los fanáticos del Real Madrid adoptaron a la Cibeles como madrina de sus victorias y los seguidores del Atlético de Madrid trasladaron sus juergas a Neptuno, los madrileños nos hemos olvidado del pobre Apolo. Esta fuente, un poco menos rimbombante que las otras, lleva una vida tranquila en el Paseo del Prado. Al observarla bien parece que Apolo está buscando algo en el horizonte… ¿tal vez un tercer equipo de fútbol que necesite su propia fuente?
Algunos la conocerán por el nombre de Fuente de Apolo, otros por Fuente de las cuatro estaciones, y otros (lamentablemente) habrán pasado cientos de veces por allí, pero no se han percatado de su existencia. Se considera una de las mejores obras neoclásicas erigidas en España y además, participaron y compitieron varios escultores de la época para poder llevarla a cabo. Dale una oportunidad y ve a visitarla este fin de semana, ¿no es buen plan? Conoce un poco más su historia aquí.
4. El Templo de Debod
Clásico entre los clásicos de la ciudad, el templo de Debod es uno de los favoritos para contemplar los preciosos atardeceres de Madrid. Pero, ¿qué hace este templo egipcio tan lejos de las Pirámides? Al parecer, Egipto nos lo regaló como agradecimiento por el salvamento de los templos nubios. Y ahora nosotros podemos admirar este misterioso templo «flotante» de 2.200 años de antigüedad al que podemos llegar en metro. ¡Gracias, Egipto! Conoce más su historia aquí.
5. Los restos del Muro de Berlín
En el Parque de Berlín (Chamartín) todavía se conservan tres pedazos del auténtico Muro de Berlín, el que dividió Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Ahora no dividen nada, pero estos imponentes trozos de hormigón nos permiten ver con nuestros propios ojos una parte de la Historia Europea. Por fortuna, sus pintadas originales siguen ahí, después de que un empleado municipal intentara «limpiarlas» para adecentar la obra antes de su inauguración.
Estos fragmentos del muro llegaron a la capital en el año 1990 y completaron un recorrido muy especial por este parque en el que ya se veían piezas interesantes como la estatua del compositor Ludwig Van Beethoven, o la escultura de un oso como emblema que comparten las ciudades de Madrid y Berlín. Conoce más su historia aquí.
6. El Ángel Caído del Retiro
El demonio más famoso de Madrid no podía faltar en esta lista. Conocido por todos, este ángel que desciende al Infierno en pleno parque del Retiro no es otro que el mismísimo Lucifer. Solo una ciudad como Madrid podía dedicarle una fuente al Diablo. Aunque realmente se trata de la representación del momento en el que el ángel caído es expulsado de paraíso, el misterio y el terror que emanan de esta fuente dejan a madrileños y turistas impactados.
Por cierto, para quien no lo sepa, la estatua se sitúa exactamente a 666 metros por encima del nivel del mar… Glups. Supersticiosos y supersticiosas, ¡no decimos nada! Conoce más su historia aquí.
7. La Torre Eiffel
No, no te has equivocado de página web. En Madrid también tenemos nuestra propia Torre Eiffel parisina. Y un Puente de Londres también. Y un teatro griego, un Manneken Pis, un molino holandés… Solo que en versión mini. Estamos hablando del Parque Europa situado en Torrejón de Ardoz, que recoge hasta 18 monumentos europeos a una escala más pequeña que la real, pero con el tamaño suficiente como para transitarlos. Hasta hay otro trozo del verdadero Muro de Berlín (al final habrá más muro aquí que en Alemania…).
Además, si tienes hijos, el parque recoge multitud de actividades para que se entretengan mientras tú observas con detenimiento los distintos mini monumentos de Europa. Puedes obtener aquí, más información sobre el parque y sus mini monumentos. Conoce un poco más de este parque y su historia aquí.
8. El donut rojo del Juan Carlos I
Esta gigantesca escultura en forma de rosquilla en realidad se llama Espacio México, aunque pocos madrileños la conocen por su nombre oficial. Se trata del obsequio que la Ciudad de México nos donó cuando Madrid fue nombrada Capital Europea de la Cultura. Lo que más nos gusta de él es que se ve desde casi cualquier punto del parque Juan Carlos I. No han sido pocos los que han pensado en escalarlo para subir a su agujero… al menos hasta que se han acercado lo suficiente.
Realmente el parque en sí nos encanta, porque alberga en su interior 17 esculturas más en las que te recomendamos pararte al menos unos segundos durante tu paseo. Conoce un poco más su historia aquí.
9. Las dos cabezas de bebé de Atocha
Algunos nos hemos llevado un pequeño susto cuando, pasando por la Estación de Atocha, por poco chocamos contra una cabeza de bebé de varios metros de alto. Curiosos cuanto menos, estos dos bebés son obra del maestro Antonio López. Se llaman «Noche» y «Día« y están cerca del vestíbulo de llegadas de la estación para darnos la bienvenida a la ciudad.
Las cabezas se colocaron allí en el año 2008 para rememorar el paso del artista español por el prestigioso Museum of Fine Arts de Boston. Una curiosidad… ¿sabías que las cabezas están basadas en una de las nietas del artista? Conoce más su historia aquí.
10. La mujer con espejo de Botero
Al contrario que algunos otros monumentos de este artículo, lo difícil es no ver este. Una mujer de tallas grandes, desnuda tumbada boca abajo descansa a pesar del trajín de la plaza de Colón. Esta es una de las cinco obras de Botero que habitan Madrid, y una de las más interesantes. Con un espejo en la mano, la mujer permanece absorta en su propia presencia, al margen de todo cuanto sucede y de las miradas indiscretas.
Su origen se remonta al año 1994, cuando Botero la cedió a la ciudad como agradecimiento a la enorme acogida que tuvo su exposición temporal. Probablemente habrás escuchado a alguien alguna vez llamar a esta escultura “La gorda de Botero” pero, atención porque según el autor, jamás quiso representar la gordura, sino expresar el volumen como parte de la sensualidad de una mujer. Conoce más su historia aquí.
11. El barrendero de Jacinto Benavente
Subiendo desde la puerta del Sol en dirección a Lavapiés, ten por seguro que siempre te encontrarás con el mismo personaje a medio camino: el entrañable barrendero de la plaza de Jacinto Benavente. Este trabajador que no deja de limpiar ni un minuto es la muestra de agradecimiento que el alcalde de Madrid ofreció a los barrenderos en el año 2001 como reconocimiento a su trabajo.
Es curioso llegar a la plaza y observar cómo muchos turistas se detienen frente a ella y esperan ansiosos algún movimiento al pensar que se trata de un mimo y no de una estatua de verdad. Solo por eso, ¡merece la pena la visita! Conoce más su historia aquí.
12. El accidente del hombre alado
La escultura más marciana la hemos dejado para el final. ¿Qué es eso tan raro que hay en ese tejado, junto al mercado de San Miguel? Suena increíble, pero es un señor con alas que ha sufrido un accidente. En algún momento perdió el rumbo y cayó de cabeza contra la azotea. El artista, Miguel Ángel Ruiz, llamó a su obra «Accidente Aéreo» para contar la historia de un hombre alado que se fue a volar y al volver no aterrizó de forma muy elegante.
Si has pasado por allí 300 o 400 veces, pero aún no te ha dado por levantar la mirada del móvil, recuerda, la próxima vez que vayas, teléfono al bolsillo y sorprende a tus acompañantes. Conoce más su historia aquí.
Hasta aquí la compilación de monumentos de Madrid sorprendentes. No nos olvidemos de que la nuestra es una ciudad muy, pero que muy grande, y que en un solo artículo no nos caben todas las curiosidades que encontramos en sus calles. ¿Cuántas cosas nos quedan todavía por descubrir? Esperamos que aún, muchas más.
Además, si tienes que hacer una visita express por la capital, en nuestro artículo te contamos como conocer Madrid en 72 horas sin perderte nada.
¿Dónde encontrar los monumentos más sorprendentes de Madrid?
¿Cómo escoger qué monumento visitar?
Es fundamental para ello ir con los ojos bien abiertos y ser muy muy observador. La cantidad de secretos y monumentos que Madrid esconde es infinita, pero solo quien sabe verlos puede disfrutar de ello. En primer lugar, lo fundamental es salir a andar, a pasear, a correr, a caminar o a lo que queráis, pero la cuestión es salir al exterior. En segundo lugar, deberéis decidir si optar por algún monumento restaurado en los últimos años o por disfrutar de la originalidad de la escultura. Además, es también importante que os fijéis en todos los detalles, porque si sois capaces de ver, ya nada más pasará desapercibido para vosotros.
Por si te quedabas con ganas, aquí te dejamos nuestro artículo donde te contamos cómo hacer una visita por Barcelona sin perderte nada.