Un 10 para un festival que prometía mucho… y cumplió
Parece fácil contratar un crucero por el Mediterráneo, llenarlo de gente joven y cantidades incalculables de Ron Barceló y celebrar un gran festival como prometía ser Desalia, que celebraba su décimo aniversario. Sin embargo hay una carga emocional que jamás la podrán crear desde un departamento de marketing. Existe ese factor invisible que convierte ‘una’ fiesta en ‘la’ fiesta, un crucero en el festival del año, y que ha conseguido que volvamos de Desalia con la maleta cargada de recuerdos inolvidables.
Más de 1.000 personas hemos disfrutado 5 días de fiesta que seguro darían para escribir un libro con las historias allí vividas. Como pequeñas pinceladas mencionar el ambientazo del primer día en la piscina del barco, la gran escenografía de la noche Desalia Inlove o las risas con los monólogos del penúltimo día. Por la cubierta del barco han pasado artistas de la talla de Dorian, Juan Magan o Brian Cross, entre otros muchos, que se han dejado el alma y todo su talento sobre el escenario para que la fiesta fuese un non-stop.
La zona VIP, que aunaba a periodistas, celebrities, bloggers, influencers y dulceidas a partes iguales, nos permitió ver desde las alturas cómo la gente disfrutaba de cada fiesta, de cada Dj y como el Barceló suavizaba las gargantas resecas de los asistentes más eufóricos.
Buenas comilonas, algún Barceló de más, muchas risas, esos momentos que no se pueden contar… en definitiva, un 10 para todo el equipo de Barceló, que ha conseguido que Desalia tenga el gran cumpleaños que se merecía y nos ha permitido a nosotros vivirlo. Nos vemos en Desalia 2018.